MEXICALI, 12 agosto de 2020 (Especial/únicoBC).- Tanto para quienes desde el inicio de su relación han vivido un amor a distancia, como para los que por motivos de trabajo, familiares o de cualquier índole han permanecido separados a partir de las restricciones sanitarias implementadas desde abril del 2020, para frenar la propagación del COVID-19, resulta imprescindible construir una relación capaz de sobrellevar la ausencia y la distancia.
Aunque cada vez son más las parejas que consideran conveniente vivir en distintas ciudades, e incluso en distintos países por razones positivas como el desarrollo profesional de uno o ambos miembros, o por cursar una carrera o posgrado, todo cambió tras la declaratoria de pandemia en marzo del 2020, haciendo que muchas de ellas vieran interrumpida la posibilidad de mantener el contacto habitual y por ende, la necesidad de replantear las estrategias para mantenerse unidos.
En días recientes se han popularizado cifras que indican un aumento en las solicitudes de divorcio, atribuibles al confinamiento doméstico, sin embargo, la prolongación involuntaria de la separación de quienes llevan una relación a distancia también puede tener consecuencias negativas, que van desde experimentar episodios de frustración, enojo y desilusión, hasta peleas y rupturas.
¿Cómo mantener el amor y la relación en la distancia?
Si bien, existen múltiples medios tecnológicos que facilitan establecer comunicación constante con la persona que se encuentra lejos, lo que se vive en estos días no es algo sencillo de sobrellevar, expuso la Mtra. Ivón Guerrero Ceballos, Directora de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
En su teoría triangular del amor, citó, Robert J. Sternberg plantea la existencia de tres componentes fundamentales en el amor: intimidad, pasión y compromiso, considerando que la manera en que este se desarrolla es similar a una historia en la que la pareja crea su relación reflejando su personalidad y concepción del amor.
La intimidad es el vínculo, calidez y confianza entre la pareja, la pasión el elemento físico y el compromiso la decisión de amar y quedarse con el ser amado.
“Quienes logran un amor completo o consumado encuentran estos tres componentes en su relación y se centran en mantenerla de esa forma. Lograr el equilibrio de estos elementos pareciera ser la respuesta de cómo las parejas que se ven algunas pocas veces al año logran mantener la estabilidad de sus relaciones”.
Otro elemento determinante en el éxito de una relación a larga distancia es la comunicación, así como mantener al otro enterado de situaciones relevantes y dejar de lado cosas que en la cotidianidad pueden desatar un pleito.
“Se necesitan dos personas con la madurez necesaria para confiar en que el compromiso que tiene con el otro se mantiene a pesar de la ausencia y la distancia, así como la capacidad de disfrutar plenamente cuando la presencia es posible”, detalló la Directora.
En el escenario ideal, es decir, cuando las condiciones anteriores se cumplen, la pareja puede mantener su relación a distancia el tiempo que resulte necesario. Sin embargo, no se debe perder de vista que pueden presentarse situaciones en las que la sensación de bienestar puede cambiar a la de insatisfacción y generar que uno o ambos, se cuestionen sobre la situación que viven.
“A veces es recomendable el apoyo de un profesional para analizar lo que se está viviendo y los sentimientos que cada uno de los miembros de la pareja está experimentando”, dijo la Mtra. Guerrero, particularmente en estos meses de situación extraordinaria en la que, quizá, no era parte del acuerdo mantener una separación prolongada.
La pandemia es una prueba de fuego para la relación de muchas parejas, quienes lo mejor que pueden hacer frente a un fenómeno que se sale por completo de su control, es cobrar conciencia de que son circunstancias ajenas a ambos lo que les mantiene separados. Tener claridad de ello permitirá afrontar con mayor serenidad el tiempo de distanciamiento.
En resumen, “mantener el amor en la distancia se vuelve posible con el compromiso de establecer una buena comunicación, tener momentos de coqueteo, atender las necesidades del otro, compartir asuntos de la vida y resolver problemas cotidianos; sencillamente sentir y saber que el otro está presente”, concluyó la académica.