MEXICALI.- Desde 1982, tras la primera Asamblea Internacional de la Organización de las Naciones Unidas dedicada al envejecimiento, la población adulta mayor es conmemorada de manera anual alrededor del mundo con diversas actividades e incluso en diferentes fechas, pero siempre con el mismo objetivo: promover la salud y la prevención de las enfermedades que propician el logro de una vejez activa y saludable.

El 28 de agosto es el Día de las Personas Adultas Mayores en México, un país en el que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Historia (INEGI), la población de 60 años y más, de 1990 al 2020, pasó de 5 a 15.1 millones, lo cual representa al 6% y 12% de la población total, respectivamente.  

Respecto a la educación, vivienda y salud, según datos del Censo 2020 hay 2.4 millones de adultos mayores que no saben leer ni escribir, lo que equivale al 16% de los miembros de este grupo poblacional. 

De igual manera, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en su última edición, reporta una tasa de actividad económica en los adultos mayores de 29 por ciento. Para los hombres esta tasa es casi tres veces mayor al de las mujeres, con 45% y 16% respectivamente. Adicionalmente, la Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento (ENASEM, 2018), reporta que predomina la percepción de un estado de salud deficiente, es decir, de regular a mala, para el 64% de la población de 50 y más años. 

Entendiendo el envejecimiento como un proceso continuo de optimización de oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad de vida a lo largo de la vida, tal y como lo propone la Organización Panamericana de Salud (OPS), “Es importante romper los mitos asociados a las personas adultas mayores que prevalecen, tales como, personas sedentarias que no contribuyen al bienestar de la familia y la comunidad”, señaló la Mtra. América García, coordinadora de la Maestría en Psicología y Gerontología Social de Cetys.

Actualmente, la OPS lidera la agenda concertada de la Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030 de las Américas, la cual está estructurada en torno a las siguientes líneas de acción: 

  1. Cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos hacia la edad y el envejecimiento. 

  2. Asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores. 

  3. Ofrecer atención integrada centrada en la persona y servicios de salud primarias que respondan a las personas mayores. 

  4. Brindar acceso a la atención a largo plazo para las personas mayores que la necesitan. 

Por lo tanto, “estamos ante un panorama alentador para los adultos mayores a nivel nacional e internacional, pues se están derribando estigmas asociados al envejecimiento, favoreciendo la investigación en este campo y colocándolos como un punto focal para la implementación de políticas públicas”, añadió la especialista.

En este contexto, la gerontología como campo de estudio toma una gran relevancia, pues cada vez se hace más evidente la necesidad de contar con profesionistas capacitados para la creación, implementación y evaluación de programas acordes a las visiones regionales, nacionales e internacionales de las personas adultas mayores, que contribuyan además a erradicar los prejuicios asociados a la edad.

Considerar que las personas mayores son una carga para su familia, la falta de estima hacia su experiencia por parte de sus allegados, el rezago en el uso y manejo de herramientas tecnológicas como el teléfono celular y las computadoras, y la falta de empatía y paciencia hacia los adultos mayores son ejemplos de dichos prejuicios y comportamientos que deben ser erradicados. 

“Este 28 de agosto celebramos los avances en el campo del envejecimiento y la no estigmatización a las personas adultas mayores; pero también, hacemos un llamado al respeto y a la garantía de los derechos de este sector de la población”, concluyó la coordinadora.

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