MEXICALI. – Los seres humanos nacen con variantes en su información genética que pueden predisponerlos a ciertas enfermedades. Sin embargo, estos rasgos pueden despertarse o permanecer inactivos según los estilos de vida. Por ello, el Hospital Materno Infantil de Mexicali informa como una buena alimentación y la actividad física pueden retrasar la manifestación de esta información biológica, reduciendo el riesgo de afecciones crónicas.
En el ámbito perinatal y femenino, la epigenética juega un papel clave. Durante el embarazo, el estilo de vida materno influye directamente en la salud genética del bebé, impactando su bienestar a largo plazo. Factores como la alimentación, el estrés o la exposición a toxinas pueden activar o silenciar genes relacionados con el desarrollo metabólico e inmunológico fetal.
Dolores Hernández Almaguer, genetista del Hospital Materno Infantil de Mexicali, señala que enfermedades como la diabetes gestacional, la preeclampsia y la obesidad son cada vez más frecuentes en las mujeres. Aunque existen factores genéticos predisponentes, un estilo de vida saludable durante el embarazo puede reducir el riesgo de que se manifiesten.
“Además, mantener hábitos sanos tras el parto contribuye a proteger la salud materna y fetal a largo plazo”, agregó.
La leche materna también tiene un impacto epigenético positivo en el bebé. La lactancia favorece la expresión de genes protectores relacionados con el sistema inmunológico, reduciendo el riesgo de enfermedades futuras como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las alergias. Además, favorece el desarrollo intestinal y neurológico óptimo del recién nacido.
Es recomendable incluir en la dieta alimentos que favorecen la expresión genética protectora, consumir frutos rojos, como arándanos y fresas, protege el ADN gracias a sus antioxidantes. Los vegetales de hoja verde, como la espinaca, aportan folato, clave para la salud cardiovascular. Incorporar pescados grasos ricos en omega-3 reduce la inflamación, mientras que las nueces y almendras, con vitamina E, protegen las células del daño oxidativo, asimismo el té verde, gracias a sus catequinas, puede inhibir genes asociados al crecimiento tumoral.
Hernández Almaguer recuerda que, aunque un estilo de vida saludable influye positivamente en la expresión genética, siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de hacer cambios importantes en la dieta o el ejercicio, contar con orientación adecuada permite tomar decisiones informadas y personalizadas, promoviendo un bienestar integral y sostenible.