MEXICALI, 7 julio de 2020 (Especial/únicoBC).- En México, los primeros meses del 2020 estuvieron enmarcados por terribles pronósticos sanitarios y económicos.
En aquellos momentos, voces especializadas presagiaban la peor recesión económica en la historia de México, junto a la llegada de una pandemia mortal no vista en este país desde 1919.
Cuando el pronóstico de la llegada del COVID-19 y su rápida propagación en el territorio mexicano se convirtió en una realidad, el de la crisis financiera también se configuraba a pasos agigantados, arrastrando estragos del decrecimiento que se originó en diciembre del 2018 por la escasa inversión pública y por la falta de confianza en las medidas económicas federales, que desalientan la inversión privada.
Desde entonces, los estrictos recortes gubernamentales implementados con el objetivo de no incrementar la deuda pública han afectado el dinamismo de la economía nacional.
Este dato es importante porque la inflación siempre es provocada por gobiernos que gastan más allá de lo que recaudan, señaló el Dr. Luis Güemez Ortiz, Docente de la Maestría en Administración de Negocios de la CETYS Graduate School of Business, Campus Mexicali.
“Al registrar gastos mayores que los ingresos generan déficits, y el financiamiento de dichos déficits empuja los precios a la alza, presiona tasa de interés y provoca que haya más dinero en circulación del que debería de haber. Cuando hay más dinero en circulación y la misma cantidad de bienes entonces los precios suben y se comienza a deteriorar severamente el poder adquisitivo de la población”, amplió.
El docente consideró que algo aún más grave, es que adicionalmente, se prevé una disminución del tamaño de la economía de hasta 10% durante 2020 respecto al año pasado, lo que representa que el monto acumulado de producción de bienes y servicios durante el año que transcurre equivaldrá solamente al 90% del valor del Producto Interno Bruto (PIB) del 2019.
“En el estricto sentido, habrá menos dinero para consumo en las bolsas de los mexicanos. Sin embargo, tal vez, después del brusco movimiento del tipo de cambio que sufrimos en marzo 2020 (del 33%) el efecto traspaso de la devaluación al índice inflacionario sintamos algunas presiones en precios, pero serán muy pasajeras”.
LA RECESIÓN MÁS SEVERA DE LA HISTORIA