MEXICALI, marzo del 2020 (Especial/únicoBC).- Mientras que en el ámbito científico es normal y fácilmente entendible, el término pandemia aún despierta confusión, incertidumbre y miedo entre la población en general, principalmente por las referencias que el cine de ciencia ficción y el mundo del entretenimiento han difundido sobre la situación pandémica.
Se trata de una palabra popularizada y altamente consultada en días recientes, luego de la declaratoria de pandemia del COVID-19, realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 11 de marzo del 2020.
Es común que las personas mantengamos una asociación distinta, semánticamente hablando, para cada palabra y su concepto. Sin embargo, en este caso es importante diferenciarla de términos similares como epidemia y brote, con la finalidad de ubicarnos adecuadamente en el contexto de esta nueva enfermedad, y dimensionarla con apego a la realidad, indicó el Dr. Josman Espinosa, Docente Investigador de Tiempo Completo en la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
“Sabemos que estamos viviendo una pandemia, pero a muchas personas lo primero que le viene a la mente al escuchar esto son las películas apocalípticas catastróficas que hay respecto al tema, y de ahí el origen del pánico y los rumores, cuando la realidad es distinta”.
Al desconocer las implicaciones que tiene una pandemia y qué la hace diferente a un brote epidémico o a una epidemia se puede pensar, erróneamente, que uno es más grave que otro, aunque en el fondo no sean muy distintos, señaló.
Todo inicia como un brote epidémico. Este término se utiliza para definir la aparición de una enfermedad o de una infección en un lugar específico, y en un momento determinado. Para determinarlo es necesario que existan dos o más casos de la misma enfermedad asociados en tiempo, lugar y persona. Puede tratarse de una intoxicación, una infección o un virus.
Hablamos de epidemia cuando el brote epidémico sale de control y la enfermedad en cuestión se propaga, multiplicando el número de casos registrados en un área geográfica delimitada y concreta. “En el caso del COVID-19, mantuvo su carácter de epidemia cuando se contuvo en los límites de China, por ejemplo”, explicó el docente.
Para que una epidemia se convierta en pandemia, la propagación del padecimiento debe cumplir con dos criterios específicos:
1. Que el brote epidémico se haya extendido a más de un continente
2. Que los casos detectados en cada continente no sean solo importados, sino a causa de la transmisión comunitaria
Ambos criterios fueron plenamente cubiertos por este nuevo tipo de coronavirus, indicó el Dr. Josman, haciendo que la OMS hiciera la declaratoria pertinente y que alrededor del mundo se activaran los protocolos correspondientes.
“Como vemos, aunque el término puede sonar drástico o catastrófico, no necesariamente es así. Esta declaratoria lo que hace es una referencia a la expansión del tema de salud, del que ahora prácticamente todos los países del mundo deben ocuparse”, detalló.
La declaratoria de pandemia de COVID-19 realizada por la OMS implica que todos los países deben activar y ampliar sus mecanismos de respuesta a emergencias, comunicar a su población los riesgos existentes y las medidas de protección que deben adoptar, y principalmente, encontrar, aislar, probar y tratar cada caso de coronavirus, así como rastrear a las personas con las que los pacientes hayan estado en contacto.
En México, desde el pasado 24 de marzo se declaró el inicio de la Fase 2 de coronavirus en el país, cuando la Secretaría de Salud federal contabilizaba 367 casos confirmados, 292 de ellos importados y sólo 5 de ellos, equivalentes al 1% del total, sin antecedentes identificables de importación.